El ataque con drones estadounidenses que mató al líder de al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, fue producto de meses de planificación altamente secreta por parte del presidente estadounidense Joe Biden y un estrecho círculo de sus principales asesores.
Entre los preparativos había un modelo a pequeña escala de la casa de seguridad de al-Zawahiri, construido por funcionarios de inteligencia y colocado dentro de la Sala de Situación de la Casa Blanca para que Biden lo examinara mientras debatía sus opciones.
Los detalles del ataque y su planificación fueron revelados por un alto funcionario de la administración cuando Biden se preparaba para anunciar la misión el lunes 01 de agosto.
A lo largo del esfuerzo de meses para planificar el ataque de este fin de semana, el presidente de los Estados Unidos de América encargó repetidamente a sus funcionarios que se aseguraran que los civiles, incluidos los miembros de la familia de al-Zawahiri, no murieran. Ninguno murió, según la Casa Blanca.
Para el mandatario estadounidense, la oportunidad de acabar con el terrorista más buscado del mundo, uno de los autores intelectuales de los ataques del 11 de septiembre de 2001, presentaba el riesgo de matar accidentalmente a civiles en la capital afgana.
El presidente fue informado por primera vez en abril sobre la ubicación de al-Zawahiri en una casa de seguridad en Kabul por parte de la inteligencia estadounidense.
Para poder eliminar a al-Zawahiri, el gobierno de los EUA, estudió por meses el edificio donde se alojaba.
Finalmente, el 31 de julio, se dispararon dos misiles Hellfire contra el balcón de la casa de seguridad en Kabul a las 6:18 a.m. hora local. “Múltiples flujos de inteligencia” confirmaron que al-Zawahiri había muerto.
Con información de: CNN Español