China vive un enorme brote de COVID-19 tras desmontar en diciembre las estrictas restricciones sanitarias aplicadas durante años.
Pero cada vez más países se muestran preocupados por la falta de información y transparencia en torno a los contagios chinos.
Los siguientes son los motivos de la preocupación mundial:
Datos poco fiables
Beijing admitió que la escala del brote se volvió “imposible” de rastrear tras el fin del testeo obligatorio en diciembre. La Comisión Nacional de Salud dejó de publicar cifras nacionales diarias de contagios y muertes por el virus.
Esto generó preocupaciones de que la ola de contagios no está debidamente reflejada en las estadísticas oficiales.
Cálculos incompletos
Algunas autoridades locales y regionales comenzaron a compartir en diciembre cifras diarias estimadas de contagios, pero la magnitud del brote sigue sin estar clara.
En diferentes ciudades del país, autoridades han compartido información imprecisa acerca de los contagios, a veces aumentan los contagios o disminuyen, sin tener cifras exactas.
Anotaciones filtradas de una reunión de autoridades sanitarias en diciembre revelaron que creían que 250 millones de personas se contagiaron en China en los primeros 20 días de diciembre.
¿Nuevas variantes?
Muchos países citaron la preocupación por posibles nuevas variantes como el motivo para testear a quienes llegan de China. Pero aún no hay evidencia de nuevas variantes que hayan emergido de la actual ola de contagios.
Expertos chinos en salud han señalado que las subvariantes de ómicron BA.5.2 y BF.7 son las más comunes en Beijing.
En muchos países occidentales, esas variantes han sido superadas por las subvariantes más transmisibles XBB y BQ, que aún no son dominantes en China.
Estos son algunos de los motivos por las que el brote de covid-19, ha generado una preocupación a nivel mundial.
Con información de: Infobae.com